jueves, 24 de mayo de 2007

Ser FANS... adular y desdeñar

Nos calló como anillo al dedo esto de ser *fans*. Sometemos la virtud del reconocimiento, a la ociosa excusa para evitar (e irreconocer) el arrojo de alguien, hacia la trascendencia, con humildad y autenticidad. El del diferente, el del que desentona con esta veneración.. Chale, y luego aquí en Guadalajara, ja ja. No sólo fue como anillo al dedo, sino como político al hueso. Y es que pues una sociedad tan influida por normas socio-religioso-culturales, pues más va a encumbrar la regla por encima de la excepción.

Los músicos no se salvan de este fenómeno: Adular al posicionado y desdeñar al que sueña con posicionarse, con repercutir, o peor aún, al que está seguro que lo logrará.
Como si no tuviéramos suficientes necesidades de trascender y demasiados lastres propios de una idiosincrasia marrullera, saboteadora, egoísta.

A esto se le aúnan los mitos. Como que el público de Guadalajara es un “público exigente”, que Guadalajara es una ciudad “muy cultural”, “cuna del mejor rock” y otras patrañas. Recientemente vino Silvio Rodríguez y trascendió que la gente en el concierto chacoteaba mientras el cubano cantaba una pieza o transmitía un discurso, que incluso llegaron a gritarle que se callara. Cómo se explica esto?. Una persona paga un boleto para ver a un cantante y se asume como cliente de un restaurante pidiéndole la cuenta al mesero. Pero en fin, ya me desvié del tema.

Que la gente anteponga sus intereses consumistas y lo mismo disfrute de La Quinta Estación, Moderato y Luis Miguel, que de Zoé, la Banda del Recodo o Maná, es entendible pues el espectador es libre de atender la trascendencia de una propuesta o masticar la tonada pegajosa una temporada y luego cambiar de chicle. Pero los músicos deberían distinguirse por hacerse responsables. Sin poses, sin pretensiones, sin competencias. Con un concepto que pareciera que a muchos les suena como agachar la cabeza o traicionar su esencia: la humildad.

Siempre habrá una tripulación que no dejará que se hunda el bote, y yo estaré ahí para reconocerla y eventualmente para apoyarla y sobrevivir con ella al naufragio. Aunque el mar musical aquí sea más que traicionero. La cadena alimenticia se pirateó y todos quieren ahogar a todos, para subsistir como pirañas.

Pero creo que me volví a salir del tema. Se puede señores, se puede ser bueno y ser bueno. O sea, el exceso de talento no es un Rollex en tu muñeca, en un callejón oscuro de la colonia más insegura del mundo. Nadie te lo va a robar y por eso no lo tienes que vender, o te está prohibido compartirlo. Se puede ser talentoso y humilde (aunque seas roquero).

Chale ya me colgué y no se adonde quiero llegar, así que retomaré… Provenimos de una mezcla de raza, cultural e histórica, con ventajas y desventajas. Pero la conquista espiritual ya terminó. Somos libres y llevamos con nosotros las ideas y los cambios. Cambiemos lo que no nos gusta y no lo alimentemos con nuestra indiferencia y comodidad. Seamos más “fans” de nosotros mismos que de los que arrastran masas con discursos baratos. Seamos más “fans” del pintor de la esquina o el músico de enfrente, que del que nos dice la tele. Ahora sí me colgué, a veces la brevedad cuesta trabajo. Saludos a mis fans, ja ja.

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